viernes, 15 de mayo de 2015

El nuevo horizonte escolar de los jesuitas

La presente reflexión y análisis de la educación pública en España y su modelo tradicional en cierta medida obsoleto y el nuevo modelo disruptivo e innovador que plantea la escuela jesuita, parte de la lectura de un artículo publicado en eldiario.es, a continuación os dejo el enlace a dicho artículo. 


En un mundo en el que la innovación y la creatividad son la clave del avance de nuestra sociedad, se plantea que la iglesia y la escuela, son las dos únicas instituciones que conservan los valores y referentes más tradicionales. Como ya vimos en documentales en los que se presentaban pedagogías alternativas a la tradicional, la escuela sobrevive sin adaptarse al tiempo en el que vive, esta alejada de la realidad que la rodea. Podemos tomar como referente la idea del artículo de Garicano referente al fin de la clase magistral, en un mundo en el que el acceso al conocimiento, gracias a las nuevas tecnologías y a Internet es inmediato, continuamos manteniendo el modelo de clase magistral y los libros de textos como elementos dogmáticos de enseñanza, cuando la información es accesible a los alumnos en un instante. Como ya se opino en esa entrada del blog, lo ideal sería desarrollar clases dedicadas a la mejora de la búsqueda, selección y análisis crítico de la información que encontramos. Tenemos de ser conscientes de que Internet ha cambiado la sociedad y su modo de comunicarse y comunicar contenidos; y dado que la educación es un elemento intrínseco a esta, no puede dar de lado estos cambios de sobra ya implantados en nuestras vidas, porque sino será una escuela estancada. 


En España se da poca importancia a la educación, la sociedad no la sitúa entre sus mayores preocupaciones, y los políticos, no la ven como un bien supremo por encima de sus pretensiones de poder, sino que la utilizan como un arma ideológica más, cambiando leyes a su antojo, igual que cambian las siglas de los partidos en el gobierno, esto es aproximadamente por triste que suene, cada 4 u 8 años. Además son leyes que en la mayoría de los casos no plantean cambios lo suficientemente importantes como para protagonizar una revolución en nuestra educación, sino que plantean cambios en contenidos, evaluación, asignaturas, etc., pero siempre manteniendo la rigidez que proporcionan unos currículos demasiado desmenuzados al milímetro y sin capacidad de actuación en cierto modo "libre" del profesorado, en el que se desconfía. 

Por ello, siempre que surge una nueva ley educativa, ahora estamos en el momento de la LOMCE, surgen debates en torno a la educación pública, su forma de ser y la necesidad de un cambio importante; por que no vale sólo con que se gratuita, universal y laica, también debe ser de calidad y adaptada a nuestro tiempo, dejando de lado el modelo tradicional, apostando por pedagogías disruptivas, no es sólo el hecho de tener una pizarra digital en el aula, es el cómo la utilizamos. 


Pero mucho me temo que la innovación total en la escuela pública se encuentra lejos de la realidad de las escuelas, dado que si no esta amparada por la valentía de una ley y un gobierno que considere a la educación como un pilar de la sociedad, no llegará a producirse. En cambio si que encontramos innovación pedagógica en instituciones privadas, somo la iniciativa "Horizonte 2020" de los jesuitas y que se trata en el artículo de eldiario.es, que más adelante comentare. 

Primero quería dejar constancia de a que nos referimos con educación disruptiva y para ello me ha aclarado mucho las ideas una entrevista de Eduardo Punset en Redes a Curtis Johnson, asesor educativo que plantea que una manera disruptiva de aprender, gracias a las nuevas tecnologías, supondrá una revolución en las aulas.

"No podemos superar la crisis educativa con el modelo tradicional en las aulas"
Curtis Johnson


Además de esto he dado con un proyecto de Fundación Telefónica llamado "Escuela de Educación Disruptiva", un ciclo de conferencias realizado a lo largo de este año 2015, dirigido a los docentes, donde se analizó la enseñanza tradicional y se propuso la búsqueda de nuevos e innovadores modos de trabajar en el aula. Las conferencias que se han llevado a cabo se pueden ver en la página del proyecto.


Centrándonos en el proyecto "Horizonte 2020" de los jesuitas, lo primero que me ha resultado interesante es el hecho de que arrancó con un proceso participativo de profesorado, asesores, alumnado y familias, todas sus opiniones y aportaciones fueron importantes para desarrollar que querían hacer para cambiar su escuela. También han tomado como modelo ejemplos como el de la Escuela Internacional de Vittra en Suecia.




Las diferencias que encontramos entre el colegio jesuita Claver en Raimat (Lleida) con respecto a las aulas tradicionales son abismales. Para empezar han creado una nueva etapa intermedia que va de quinto de primaria a segundo de ESO y las salas de su escuela son diáfanas y amplias, han acabado con los muros que compartimentan cada parcela del conocimiento. Han comenzado a trabajar en grupos más amplios, de unos 60 alumnos con 3 profesores, y por proyectos, con la intervención de las familias. Gracias a cambios como estos han logrado que los diferentes profesores actúen con sus alumnos como un equipo y con el trabajo pro proyectos, fomentan valores como la preocupación por el otro, el esfuerzo y el trabajo en pos de un bien común al grupo. No hay asignaturas, ni horarios, pueden salir al recreo cuando quieran y al principio de la jornada dedican unos instantes a plantear el día y también lo evalúan entre todos al finalizar la jornada. Se rompe con el modelo tradicional de escuela-fábrica, dejando de lado por ejemplo la clasificación curricular, el parcelamiento del conocimiento, se aprende de manera interdisciplinar, en cada uno de los proyectos grupales se trabajan varias asignaturas. El aprendizaje se realiza mediante descubrimiento guiado, proporcionando a los alumnos un mayor grado de autonomía y libertad, no se le dan unas pautas establecidas de lo que tiene que hacer, lo que también ayuda al desarrollo de la creatividad, la imaginación y el desarrollo de proyectos diferentes entre sí, no estandarizados como los que surgen de un trabajo pautado. El material que utilizan no siempre sale de los libros, estos se utilizan, pero también Internet o por ejemplo proyectos que realizan los propios profesores del centro. También se elimina el encuadre rígido de las relaciones de poder tradicional basadas en la supremacía intelectual del profesor sobre el alumno, el cual va a estudiar lo que le diga el profesor. En este proyecto jesuita se realiza un intercambio de conocimiento profesor-alumno y alumno-profesor, dejando de lado el estatus de poder del profesor. Lo que han obtenido de este cambio, que se este produciendo de manera paulatina, como podemos ver en un vídeo que realizo El País, son niños que van a la escuela motivados, que no quieren ni oír hablar de modelo tradicional anterior y que reconocen que gracias al cambio de modelo, aprenden mucho más y no se les olvidan las cosas. Como dice una de las profesoras del centro lo que pretende con todos estos cambios es: "Un modelo educativo que intenta poner en el centro al alumno, es decir que él sea el protagonista del aprendizaje".


Otro articulo que también es interesante es este otro de eldiario.es, con un título muy contundente.



Imágenes del Colegio Claver.
La última y muy interesante cuestión que plantea el articulo principal sobre el que versa esta reflexión es, sobre la posible aplicación de un modelo de innovación tan radical en la escuela pública. Debemos partir de la necesidad de no sólo oponernos a leyes como la LOMCE, que no sólo debemos exigir una educación gratuita, universal y laica, sino también una educación de calidad, basada en un formato innovador adaptado a la sociedad actual, que como hemos visto en varios ejemplos es claramente aplicable y con resultados muy positivos para los alumnos, quienes como recordábamos antes, son el centro de la educación. Es cierto que hay centro públicos donde no se trabaja de forma tradicional, sino por proyectos o escuelas donde no hay deberes, etc., pero son las menos. Un modelo como el que plantean los jesuitas, es un modelo adaptado a la sociedad compleja e intercomunicada del S. XXI, esto es lo que debemos apreciar, dejando de lado su carácter de orden religiosa, que obviamente imparte contenidos religiosos en sus aulas; lo fundamental es que están llevando a cabo una revolución en la forma de enseñar y aprender. Se puede pensar que un colegio así cuesta demasiado dinero para desarrollarlo de una forma pública, pero sinceramente soy de la opinión de que si nuestros gobiernos considerasen la educación como la base de nuestra sociedad, intentarían invertir muchísimo más en educación pública de calidad, pero se tiene que querer, porque como dijo el Cholo Simeone, permitirme que termine con esta alusión futbolística que me ha venido a la cabeza: "Si se cree y se trabaja, se puede"

¡¡¡HASTA PRONTO!!!

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